Suelo ser el pana mas simpático del mundo cuando hago una cola (que en este país hasta para ir al baño hay que hacer cola) es sorprendente lo que la gente puede contarte mientras esperan su turno para algo.
Ayer mientra debatía sobre la economía del país, en mi cola para ver si consigo desodorante.
una señora de unos tantos años dijo que no deberíamos hablar con desconocido de nuestras posiciones políticas porque no sabemos quien es el infiltrado.
me sorprende el nivel de psicoterror que tienen los Venezolanos, o bueno tenemos, porque todos salimos a la calle con ojos en la espalda y vemos mal a todo el mundo, y es que estamos a la expectativa de que algo malo nos pase.
Yo solo dije en mi defensa que no era el infiltrado, ( pues la señora me vio con esa cara de acusación, que entiendes perfectamente : ¡Es contigo!), luego hablo de la historia de como era su vida antes de estos 15 años de mal gobierno, y todos suspiramos como si lo hubiésemos vivido con ella, yo creo que estamos a la defensiva a responder ese golpe que no hemos recibido y resguardando el poco orgullo que nos queda, porque esto de hacer una cola para comprar productos de higiene personal y
de la cesta básica, es un golpe duro a nuestro orgullo aquí no importa la clase social ni donde vives ni que auto manejas aquí estamos todos en busca de lo mismo.
Yo aun tengo esperanza en ese Venezolano relajado, tranquilazo y pana que te tiende una mano sin importar nada, espero esos tiempos vuelva, hacen falta!
Después de todo eso de hacer buenos amigos de compras, no conseguimos los productos que buscamos, así que toco devolvernos con las manos vacías y el tiempo perdido en la cola.
Sigo en la búsqueda del desodorante.
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